Energiza tu negocio: Calidad de la energía y su impacto en la mejora continua del negocio

Hoy en día el sector industrial se enfrenta a un reto muy importante: garantizar la sostenibilidad del planeta. Para esto debe romper la disyuntiva entre frenar el cambio climático y generar y hacer buen uso de la cantidad de energía necesaria para el desarrollo de sus actividades. Las herramientas de mejora continua ponen a su alcance la posibilidad de lograrlo con una significativa reducción de costos que impactan directamente en su rentabilidad.

Es un hecho que el calentamiento del planeta está generando consecuencias negativas en la salud de las personas, como las olas de calor y altas temperaturas han significado miles de muertes.

Aun cuando los representantes de la mayoría de las naciones han establecido el compromiso para mantener el calentamiento global por debajo de 2° centígrados (Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU en París en 2015), la realidad es que según el informe del estado del clima 2019, presentado en la pasada COP5 no lo estamos logrando:

Las emisiones de CO2 a la atmósfera los 36,800 millones de toneladas, lo cual significa un incremento del 0.6% respecto al 2018. Tan solo 6,000 millones corresponden a las vertidas por incendios, deforestación y otros cambios en el uso del suelo.

Paralelamente, se tiene bien identificado que los sectores que tienen un mayor consumo de energía son el industrial, el de transporte y el residencial, en este orden. A razón del incremento del 1.3% anual que se ha registrado en los últimos años, para el 2050 los requerimientos de energía del planeta será de un 50% más del consumo actual.

A nivel internacional,  la sociedad necesita tomar medidas mejor pensadas para garantizar la sostenibilidad del planeta. El principal reto para la humanidad, representa entonces, el romper la disyuntiva entre frenar el cambio climático y garantizar la cantidad de energía necesaria para el desarrollo de sus actividades

Entre estas acciones, los países se están enfocando en dos líneas de acción prioritarias:

  • Eficiencia y seguridad energética: Mejorar el uso de las energías.
  • Seguridad del clima, aire y medio ambiente: Implementar mejores prácticas en la generación de energía con materias primas y procesos menos contaminantes y de bajo costo.

De una forma u otra, los países han actuado en éstas líneas con presupuestos de diferentes fuentes:

  • Sector público: La inversión proviene de la recaudación pública y se aplica en los proyectos de extracción de materias primas, infraestructura, transformación y comercialización de los diferentes tipos de energía.
  • Sector privado: Los inversionistas hacen un análisis de mercado determinado el monto de la inversión a partir del ambiente político, financiero y social del país o región, según los indicadores financieros, calificaciones o certificaciones. La decisión es tomada si los números del estudio representan un retorno de la inversión aceptable así como la continuidad del proyecto a largo plazo con rentabilidad garantizada.

En el caso de México, es un hecho que la crisis sanitaria y económica originada por la pandemia COVID, ha ocasionado que las posibilidades del gobierno y los ánimos de la iniciativa privada para invertir en proyectos energéticos, dados los indicadores financieros y las calificaciones obtenidas en los últimos meses, se vean reducidas significativamente.

¿Cómo hacer entonces para revertir el cambio climático garantizando la energía necesaria para que la humanidad continúe con sus actividades?

El punto es, ante esta situación, no queda más alternativa a las organizaciones que hacer lo propio, lo que sí está a su alcance: el cuidado y mejor utilización de los recursos energéticos, mediante la implementación de proyectos que impacten significativamente en la reducción de costos.

La trilogía de la mejora continua, apunta a que sólo a través de la mejora en la productividad de los procesos y la calidad de los productos se logra mejorar los resultados financieros de los negocios, sin perder de vista que el principal factor de éxito es el desarrollo de las competencias y del compromiso de sus colaboradores. Todo esto en el marco de un sistema de gestión del negocio que permita la integración de los diferentes objetivos de la organización.

Las organizaciones deben, para asegurar su rentabilidad, crear la conciencia hacia las partes interesadas pertinentes a su operación e identificar los riesgos y oportunidades que les permitan implementar acciones para abordarlos con éxito. Estas acciones deben estar encaminadas a cumplir las necesidades y expectativas de las partes interesadas. Y el hombre, como especie, debería ser una parte interesada pertinente, quizá la más importante por ser el factor de cambio, positivo o negativo, en la naturaleza.

Las organizaciones están obligadas a devolver a la naturaleza los recursos que están tomando de ella, sino mejorados o aumentados, al menos en las condiciones iniciales cuando fueron tomados para su instalación, operación y crecimiento.

Es entonces, cuando se hace necesario, como práctica de rutina en las empresas el uso de herramientas para la mejora continua.

Dentro del plan estratégico del negocio deben figurar objetivos encaminados a la mejora en la utilización de los recursos energéticos y la reducción de los costos asociados. Cada uno de éstos debería constituirse como un proyecto estratégico.

Y es ahí donde con la aplicación de las herramientas de la mejora continua se pueden alcanzar los resultados comprometidos.

Aplicación de herramientas de mejora continua para la reducción del consumo energético.

La utilización de herramientas como seis sigma, manufactura esbelta, implementación de sistemas de gestión, innovación tecnológica, todas encaminadas a la mejora continua de los negocios, no debe hacerse a un lado cuando de reducir los costos por consumo de energía se trata y más aún cuando esto significa su contribución en frenar o revertir el cambio climático. En las siguientes líneas se exponen brevemente algunas de las formas de aplicación de éstas herramientas.

Proyectos Seis Sigma:

Con la utilización de Seis Sigma como herramienta de mejora continua, las organizaciones podrán identificar las causas de variación en el consumo de energía mediante la aplicación de modelos analíticos y estadísticos que permitan implementar acciones de mejora encaminadas a la reducción de costos.  Ejemplos hay muchos, se pueden citar los siguientes:

  • Sustitución de tecnología LED en las luminarias de las naves de fabricación aumentando considerablemente el ahorro energético, económico y de emisiones. 
  • Instalación de programadores que permiten el funcionamiento de compresores en función de las horas de trabajo del taller, obteniendo un ahorro de energía mediante el control de un equilibrio entre el consumo y la demanda.

Aquí lo importante no es la instalación de tecnologías modernas  para las que  su beneficio está demostrado, sino el tomar la decisión sobre cuál es la tecnología más adecuada a partir de una correcta definición y medición de la situación de consumo actual y hacia donde se requiere orientar las prácticas de la organización, su análisis aplicando herramientas estadísticas avanzadas que encaminen a la selección de las mejores alternativas de tecnología energética a instalar y demostrar los resultados alcanzados a partir del control de los resultados.

Proyectos de manufactura esbelta:

Optimizar los procesos de fabricación, haciéndolos más productivos impactando en un aumento en los volúmenes de producción acompañado de la reducción de gastos incluidos los energéticos, como resultado de la reducción o eliminación de las fuentes de desperdicio.

Un ejemplo muy común es la reducción del consumo energético, de agua y de la generación de residuos. Esto significa una mejora de alto impacto en la eficiencia energética en la empresa, mediante la implementación de acciones que requieren de la participación de personal competente y comprometido, para la consecución de la reducción o eliminación del desperdicio  de recursos y su recuperación. Es necesario  sensibilizar a cada uno de los colaboradores en todos los niveles sobre la estandarización, flexibilización y confiabilidad de los procesos para usar solo lo necesario en el momento oportuno, controlarlos y seleccionar y llevar a cabo la solución más eficiente cuando sea necesario.

La premisa del pensamiento esbelto es producir solo lo necesario, cuando sea necesario, en la cantidad necesaria, y con las características requeridas. ¿Por qué no también, utilizando sólo lo necesario? Es decir, utilizando sólo la energía necesaria.

Implementación de Sistemas de Gestión Energética:

Hoy en día, y a partir de la edición de la Norma ISO 9001:2015, por su estructura de alto nivel, las organizaciones tienen la oportunidad de implementar sistemas de gestión integrados, que les permitan operar con mejores resultados en la calidad de sus productos, productividad de sus procesos, protección del medio ambiente y competitividad y seguridad de sus colaboradores. Las organizaciones deberían tomar ventaja de esto, incluyendo dentro su sistema de gestión del negocio objetivos estratégicos de ahorro de energía, e inclusive incorporar los requisitos de la Norma ISO 50001:2018.

La Norma ISO 50001:2018 aborda aspectos críticos del desempeño energético, incluyendo el uso de la energía, medición, documentación, informes, diseño y adquisición, y otras variables que afectan la gestión de la energía que puede ser medidos y monitoreados, con beneficios demostrados en el control de los costos, aumento de la eficiencia energética, mejora de la calidad del medio ambiente y de la competitividad del negocio.

Proyectos de innovación de la tecnología

Ahora bien, la innovación como herramienta de mejora continua proporciona a las organizaciones  la posibilidad de reducir el impacto al medio ambiente así como los costos mediantes en la inversión en tecnologías sustentables, las cuales, bien identificadas y direccionadas, contribuyen de manera significativa en la mejora continua de los negocios.

Se pueden citar, como ejemplos de éxito, las siguientes acciones para la reducción de costos por el ahorro de energía:

  • Adecuación de la arquitectura bioclimática y aprovechamiento de la energía solar, en el acondicionamiento térmico para calefacción y refrigeración. Para esto se requiere un cambio de mentalidad en los directivos demostrando que los gastos relacionados en la instalación puede ser amortizado a partir de los ahorros por la reducción del consumo de energía que alcanza niveles hasta del 80 o 90%.
  • Implementación de procesos-productos sustentables como el eco-packaging y la promoción de la comercialización responsable con el medioambiente.

Conclusiones

Las organizaciones están obligadas a contribuir en la reducción del impacto ambiental generado por su operación, y hacerlo con responsabilidad sin mermar su rentabilidad.

Los mecanismos que adopten, no necesariamente deben representar un gasto, sino más bien, ser considerados como una inversión que contribuirá directamente en la mejora continua del negocio.  Mecanismos que, a través de la mejora en la eficiencia y el ahorro energético aumentará su competitividad y hará más evidente su participación en la sostenibilidad del medio ambiente.

Los resultados tangibles, como la reducción de los costos de consumo energía y agua, renovación de  las instalaciones para que sean más eficientes, implantar un modelo de gestión energética y el establecimiento de sistemas de monitoreo y mejora continua de los procesos, significan importantes beneficios económicos para las empresas, pero lo más importante es la forma en cómo éstas pueden contribuir a revertir el cambio climático.

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